Hay tanto que decirte -tanto que mis células se drogan de los mismos anticuerpos-
y,
mi
boca
está
adherida
a
tus
labios,
te besó..., ciegamente
amarrado a tus consonantes íntimas,
me tildas mi tímida secuencia latente,
me tildas sangre,
me tildas en creciente flujo sanguíneo,
[Me atropellas la estática del músculo,
manifestando la corrosión
de sentir-me derretir
bajo el amparo de tu naturaleza íntima]
-te siento corrosiva-
me tildas la sensación de amar-te,
las piedras yacen tatuadas en la calvicie del mar,
un océano para las palabras- callarte tus ecos
dentro de mi músculo que arde troya
para incendiarte el pegasso que esta brillando
en tu vuelo acotado en tus ojos de estrellas,
y nada puede apagar el brillo de tu alma,
nada ni nadie, puede inspirarte muerte
cuando el tiempo no es de nosotros,
ni la vida cual anden de un viaje que no conoce destinos,
sentirte en mi pecho, sentirte desnuda,
florecida en cenizas, sentirte muerta en vida,
sentirte viva en muerte, sentirte cenizas florecida
en mi ocaso que te llama
para hacerte fuego nocturno
en el luto que mis ojos pintan
bajo las consonantes del horizonte...,
distancia cruel!
donde te miro desnudar tus labios
de entre el vuelo de mariposas
asediadas por las cenizas
de su magia final,
al fuego de mis besos
que alguna vez retratarán
el fénix del deseo
mis cenizas en tu piel,
y tu fuego en mis dedos,
-en la acústica-
de sentirte desnuda
cuando más dejo tatuar la sangre
en tu aliento de alma,
cuando más me deshojo en una palabra,
una voz, un segundo, un... te amo...
...y mi palabra cobra vida desde las fauces de la soledad,
a un verso parido por el verbo de enloquecer tu trama emocional
y el poema que re-edita tu sangre adherida a mi cuerpo,
como la tinta de mis entrañas, ahogadas
en la vida del músculo que siempre me invoca...
Tu corazón me llama,
mi válvula escarlata te asfixia el silencio,
mi voz hace ecos en el amor que
en un mañana dará vida al boceto
de dos imposibles
aniquilando a la vida y luego a la muerte...