martes, 8 de octubre de 2013

Parque Forestal...



Pareciera que las personas se fumarán sus dedos
con tal sólo pedir cigarrillos a quien solamente lee un libro,
resulta un chiste psicótico sarcástico
arruinar la lectura concentrada
y quitar de los oídos la voz del poeta,
cuando aparece una mujer
diciendo: "me puedes vender unos cigarrillos"

de mi cabeza no exhalaba humo, ¡LO JURO!
tan sólo exhalaba los enfoques de una variedad de escritores
refiriéndose a cierto sujeto sensible y nobel de Literatura...

Cierta inferencia de la mujer de mi edad me causo gracia y sorpresa...,

-Yo en particular no fumo-
cosa, que, me causa desagrado el olor a cigarrillos,
por ende cambie la plaza de armas por el parque forestal...,
el olor a cigarrillos apesta en el centro de reunión de la capital
mientras que en el parque, cordón verde
se puede apreciar como muchos pulmones
intentan superar la velocidad del sonido...,

yo superaba la velocidad de la luz
al arrojar mis ojos a tales páginas sensuales que desnudaban a Neruda...,

me sentí en una tierra conocida, me sentí libre, me sentí azul,
y la mujer me causo gracia,

quizás ella adivinó que fumó e intento hacer prevalecer un síntoma comunicativo,
cosa que falló, y el vender* puede resultar el verbo de que le regalará uno,
y así fundar una propuesta de interacción entre dos desconocidos,
[No me gusta sonar a Egocéntrico]

Pero todo fue por unos HORRENDOS CIGARRILLOS,
aún así
no me gusta tatuar mi pecho de carbono,
quizás me fumé mis dedos,

pero tan sólo cuando escribo un poema, ¡LO DESGASTOOO!
o borro mis huellas digitales -me siento libre haciendo eso-

me causa gracia, me causa no sé,
no se fumen su tiempo,
fumen-se la vida
pero no acumulen químicos nocivos

hay que fumarse la paz con lo verde que aún no se extingue....



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