Sentado bajo los cordones...
de un cielo... relajado,
sedado...
por la bruma...
entre parpados durmientes...
trepados de la soledad...
en la inmensidad del ciclo...
apartado, tras la brisa...
desnuda y apagada, de tus luceros...
reflejos en la mar... el mar... dormido...
en cada pétalo... perdido...
por los suspiros, del amanecer de tu boca...
menguante a delirios nocturnos...
donde te desnudas bajo el amparo de la noche...
te siento, correr tras la lluvia...
enterrándote en la arena, con sabor a lodo...
perturbada bajo la madera,
corteza agrietada por el olvido,
viejas cartas, recuerdos dolientes...
donde eras una mención del destino...
cerrándote en tu burbuja...
¡me has dicho adiós...!
te torturabas por tus e s p i n a s d e l c a m i n o...
me decías al oído que tu no has sido la culpable...
sólo fue la sombra que te atrapo en la oscuridad...
¡te atacó! quitándote tu alma,
dejándote con vestimentas de quimera,
ya no querías vivir,
sólo querías dormir...
acabar con el comienzo
sin llegar al final...
apagarte por siempre...
y...
me dejaste mordiendo la soledad,
cuando tomaste los hilos,
la soga,
la muerte en tu garganta,
y gritaste morir por tu alma,
en busca de libertad,
a las cadenas que te mataban,
me dejaste sólo en esta choza de espinas,
en este lugar, en este mar,
de sangre,
mirando, como la muerte,
saluda desde este cielo,
...la mudanza de mis paginas amarillas...
la fogata borrando el momento
cuando yo en ti, deje mi alma...
No hay comentarios:
Publicar un comentario