Desde los roquerios de tu piel,
hasta tus suspiros que reman mi voz,
sembrando el calor de tu pasión,
en mis manos que acarician tu contorno,
recorriendo tus caminos,
detrás de tus cabellos de cartón,
que se adentran en mis finales segundos,
donde mis ojos de papel,
se dejan rozar con tu tinta,
mezclándose con las huellas,
que dibujan tu mirada en la mía,
con los colores de tus latidos,
vaciando la bodega de tu alma,
en mi cartulina doblada entre tus pies,
que se pegan con la silicona de la vida,
entre los retazos del alma,
bordando la estructura de alambres,
que se enredan a través de la unión,
de tu voz con mi voz,
entre el grafito y el papel.
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